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Representación y movilización étnica en soportes virtuales

Actualizado: 16 mar 2018

El texto que convocó la reunión del 24 de noviembre de 2017 fue el escrito conjuntamente por Alejandra Ramos y Dolores Estruch, intitulado: Representación y movilización étnica en soportes virtuales.


Participaron en la discusión: Alejandra Ramos, Caroline Cunill, José Luis Pérez y Jorge Gamboa. Prestando atención de la discusión, aunque no interviniendo en ella, estuvo presente Camila Jaimes, quien escribe ahora esta relatoría.



[El contexto]


La discusión la inicia Alejandra con un repaso del texto recordando que se trata de un tema nuevo y de una investigación que sigue en marcha. La investigación parte de dos interrogantes entrelazados:


¿cómo se visibilizan referencias identitarias en distintos formatos web? y ¿cómo se puede recuperar esa abundante producción en tanto fuente?

Al inicio de la investigación, ambas autoras –que trabajaban temas distintos, siendo la primera antropóloga y la segunda historiadora- encontraron un primer punto de confluencia que fue la duda metodológica, de cómo utilizar los abundantes soportes virtuales que iban identificando como fuente. De este primer punto, se desprendió otro que tenía que ver con la forma en que en estos soportes virtuales se apelaba a lo étnico y cómo es que las denuncias terminaban excediendo el foco original y apelando a grupos cada vez más amplios.

De ahí que las autoras se propusieran hacer una primera reflexión metodológica sobre: “el empleo de distintas plataformas de internet para el estudio de las formas de acción política y de representación étnica”.

Para adentrarse a este tema fue necesaria la reconstrucción de un marco conceptual que permitiera su mejor entendimiento, lo que implicó analizar, por un lado, el contexto internacional de reemergencia étnica, y por otro, las formas específicas en que lo indígena es considerado en Argentina. En este segundo aspecto Alejandra remarca el peso que ha tenido en su país el mito de la Argentina blanca, que ha llevado a ver a todo aquel que se reconozca indígena como extranjero y a ver también el mestizaje no en términos de crisol de razas sino en términos de blanqueamiento, de extinción. Entonces,


de las muchas maneras en que este material web puede ser estudiado, a las autoras les interesaba entender cómo las nuevas tecnologías son empleadas para hacer públicas y defender causas indígenas, cómo estos grupos se presentan en la web y de qué manera esto retroalimenta las relaciones en línea como fuera de la web (on-line / off-line).

Así, se decidió empezar por repasar unos de los principales hitos que se dieron en Argentina a este respecto. Tanto los debates en torno a la prórroga a la ley de desalojos de territorios indígenas como los casos del asesinato de Javier Chocobar y el conflicto de la comunidad Qom les sirvió a las autoras como contexto para ilustrar la amplitud de las fuentes posibles y también los distintos sentidos que tomaban las demandas. A partir de lo recogido en el análisis de estos primeros hitos se centraron en el caso de Salinas Grandes. La mayoría de las publicaciones analizadas surgieron con la conformación de la “Mesa de comunidades originarias de la Cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc”. En este caso los principales aspectos explorados fueron: primero, los movimientos de surgimiento y abandono de páginas web, a partir de lo cual se concluyó que era necesario no sólo el análisis de los soportes virtuales, sino también de las dinámicas off-line; segundo, el papel de la iconografía utilizada (como la bandera Wiphala) en la representación de lo étnico, así como la utilización de ésta como medio para apelar a grupos más amplios; tercero, la dinámica de apelación a instancias nacionales e internacionales en términos de derechos humanos.


Con ese recorrido llegaron al caso de Salinas Grandes, del cual les interesaron principalmente tres aspectos: 1) qué se podía “ver” en la web y cómo era necesario no quedarse en lo virtual para comprenderlo, 2) los términos, la iconografía y la intertextualidad, teniendo en cuenta la diversidad de grupos que aunaba el reclamo y de la posibilidad de apelar a un público más amplio desde símbolos “reconocidos” y 3) cómo se desplegaba en el plano internacional (similar a los casos anteriores, Amnistía Internacional, Corte Interamericana) y nacional donde, a raíz de la fuerte asociación en Argentina entre los derechos humanos y violencia estatal, no se produjo una articulación con los organismo locales de derechos humanos, 4) finalmente, a partir de la idea de comunicar sin intermediarios se reflexionó en torno a cómo y qué voces aparecen en estas fuentes incluyendo la del propio investigador. Con esto terminó su intervención Alejandra.


[Los comentarios]


Caroline empieza con los comentarios y da a Alejandra algunas sugerencias. Primero, se debería recuperar y utilizar la mirada histórica que se intenta dar en un principio al texto pero que luego no se retoma. Esto permitiría ver que


las transferencias tecnológicas, la apropiación y su uso estratégico por parte de los indígenas no es nada nuevo, pues “lo nuevo es simplemente el tipo de tecnología”.

Segundo, le parece a Caroline que la metodología mixta del enfoque online-offline, que en lo online, por ejemplo, impulsa la creación de archivos para evitar la desaparición de los contenidos en la red, y que en el aspecto offline incluye todo el trabajo de campo que permite descubrir qué es lo que hay detrás de la pantalla, debería ser incluida más tempranamente en el texto, ya que “es un eje metodológico fundamental que llega un poco tarde” en la argumentación.


Caroline además presenta algunas cuestiones, empezando por la de la ocultación de la identidad de quienes participan en la confección de los sitios web. Pregunta si se puede pensar este anonimato como una estrategia de los mismos grupos, desapareciendo entonces los reclamos como individuo en tanto que se prioriza naturalmente la voz del colectivo; o se pregunta si no se trata –como sabe de casos en México- de una forma de los individuos de resguardar su seguridad. Y ya que en el texto la web se presenta como un espacio más libre de comunicación estas preguntas la llevan a plantear la importancia de pensar en las posibles trabas a la circulación de los contenidos online.


Sugiere que se reflexione en torno a las herramientas que pueden utilizar el Estado u otros grupos de poder para regular a su favor el flujo de los contenidos o la visibilidad de los mismos.

Finalmente, pregunta Caroline si el movimiento zapatista actuó como modelo para la utilización de las nuevas tecnologías de comunicación tanto para grupos indígenas u otros movimientos.


Siguen los comentarios de Jorge Gamboa que muy en la línea de lo expuesto por Caroline dice lo siguiente: insistiendo en el desvío que dieron las autoras de una mirada histórica a un enfoque más metodológico-etnográfico, señala que faltó el aporte que puede proporcionar la mirada histórica para un mejor entendimiento del problema. Por otro lado, pregunta si el hecho de que sean comunidades indígenas imprime alguna diferencia con respecto al uso que otros grupos no indígenas dan a estas nuevas plataformas de comunicación. Esto lo pregunta porque para él en el texto parece no existiera diferencia alguna.


La actuación de los indígenas se retrata igual que la de otros grupos que no plantean sus reclamos desde una perspectiva étnica. Así, pregunta: “¿Qué sería lo que lo étnico imprime de distinto al uso de estas nuevas tecnologías?”

Finalmente, Jorge comenta que en la búsqueda de las autoras por tratar de rescatar estos contenidos web como fuente pierden el punto más importante, y es el de que estas se conviertan en una parte y no en el todo de las fuentes posibles utilizadas en la investigación. Aunque reconoce que puede tratarse de un problema de redacción o de énfasis insiste en que la propuesta parece ser la de un análisis que utilice exclusivamente estas fuentes y recuerda que solo se haría una etnografía completa con fuentes de diversa índole y añade: “una etnografía culmina en últimas siempre en una relación personal que trasciende la web”.


Antes de continuar con las respuestas de Alejandra, Caroline introduce unos comentarios finales. Primero, es fundamental tener en cuenta en el estudio la relación entre visibilidad de un movimiento y atención judicial, ¿hasta qué punto la justicia atiende casos por ser los más conocidos?


En segundo lugar, comenta -y siguiendo con lo planteado por Gamboa- que el hecho de que un grupo establezca sus demandas en términos étnicos les da legitimidad en tanto grupo específico mientras los reclamos por la justicia fomentan un sentimiento de identificación que logra apelar a distintos y más amplios grupos de la sociedad. Tercero, hay que pensar hasta qué punto es plausible la idea de comunicar sin intermediario, si no se trata de un argumento estratégico de los movimientos, porque acaso ¿es posible comunicar sin intermediarios?


[El debate]


A continuación los comentarios de Alejandra. Sobre la primera cuestión explica por qué a lo largo de la investigación ambas se decantaron por un enfoque más antropológico. Así se nos dice que tal desvío se entiende si se considera dentro del contexto local de los estudios etnográficos, en los que el peso de la interacción cara a cara ha llevado a considerar el documento como fuente “subsidiaria o marginal”. De ahí entonces el énfasis que ambas dieron a la discusión metodológica-etnográfica en un intento –y esto gracias a la confluencia entre antropología e historia- por mostrar la importancia del documento más aún cuando abunda una valiosa fuente, los contenidos virtuales. Esto de todas formas no significa que desconozcan la importancia de la mirada histórica que queda como compromiso para ellas introducir en el desarrollo posterior de la investigación.


A lo preguntado por Jorge sobre la particularidad que estos grupos imprimen al uso de las plataformas web, Alejandra responde:


por un lado, no hay por parte de otros movimientos la apelación a una legislación internacional como soporte de sus reclamos que sí la hay y es por tanto característica de los movimientos indígenas; y por otro lado, es particular también el proceso que va desde la estrategia a apelar a grupos más amplios que lleva al surgimiento de una presión social sobre las instituciones locales y que culmina con la posibilidad –o no- de que se genere una atención judicial.

Partiendo de dos casos ilustrativos en Argentina Alejandra responde a la cuestión de si es posible pensar la ocultación de la identidad por razones de seguridad. El primer caso es el de un joven que termina encarcelado varios meses por publicar un tweet en el que amenaza matar al presidente, el segundo, el de un joven que aparece luego muerto habiéndose involucrado días antes en una protesta con autoridades locales por el territorio. Lo anterior le permite a Alejandra concluir que


si bien no hay un caso específico de persecución por publicación en la web el contexto de los últimos años de represión y asesinatos –y además de impunidad- puede resultar razón suficiente para que las personas piensen que corren peligro al expresarse abiertamente en la web.

Para terminar con su intervención, sobre la trascendencia del movimiento zapatistas, las autoras no han encontrado aún si existe una influencia modélica de éste en las estrategias de los usos de las nuevas tecnologías, pero sí han encontrado que en la bibliografía este se ha constituido coo el hito que marca el inicio de las investigaciones sobre el tema.

Después de esta intervención de Alejandra vienen los comentarios de José Luis quien acababa de unirse a la discusión. José Luis introduce la cuestión de la calidad de los documentos. Dada la naturaleza del medio web que permite una circulación más libre de toda clase de contenidos, entre los que pesan también las exageraciones, el sesgo y las mentiras, sugiere que quede más claro en el texto cuál va a ser la crítica de fuentes. En sus palabras,


“¿Cómo se van a establecer los límites y alcances de la información contenida en estas páginas web?”

Esto lo enlaza con el problema de quiénes son realmente los que tienen acceso y manejan estas redes sociales y deja para la reflexión:


Después de esta intervención de Alejandra vienen los comentarios de José Luis, quien acababa de unirse a la discusión. José Luis introduce la cuestión de la calidad de los documentos. Dada la naturaleza del medio web que permite una circulación más libre de toda clase de contenidos entre los que pesan también las exageraciones, el sesgo y las mentiras sugiere que quede más claro en el texto cuál va a ser la crítica de fuentes, en sus palabras.


¿Realmente estas páginas indígenas son representativas de lo indígena? o ¿Hasta qué punto son representativos de una elite indígena?”

Finalmente, José Luis pregunta, y dado la insistencia hasta el momento por ver el problema desde un enfoque histórico, si se podría establecer una cronología a este fenómeno, si existe algo como un punto de inicio de estos usos por parte de las comunidades indígenas. A esta última cuestión en seguida responde Alejandra que sí existe tal punto de inicio. Se puede decir que los distintos grupos que hoy utilizan soportes digitales dieron algún primer paso a este respecto en la radio comunitaria. Radio comunitaria que hoy por hoy tiene estatus de ilegal.


Antes de finalizada la reunión Jorge desea agregar unos comentarios adicionales. Primero, insiste en la importancia de que se vea reflejada en el texto la experiencia de las autoras en el campo de la historia. Para Gamboa los aportes que puede dar la disciplina tanto a nivel metodológico como de conocimientos podrían llevar a la formulación de interesantes y nuevas reflexiones que distinguirían la investigación de lo que podría hacer cualquier antropólogo contemporáneo. Así por ejemplo - y retomando comentarios anteriormente dados- se podría reflexionar en torno a la relación entre visibilidad de un caso y atención judicial.


Si ahora la visibilidad es condición para la atención judicial, en épocas como la colonial la relación era en dirección contraria, la atención judicial era la condición para la visibilidad.

Alejandra da el cierre a la reunión agradeciendo a todos por los comentarios que se encargará de transmitir con gusto a Dolores. Sólo para que quede claro agrega que no se trata de que se hayan pensado estos nuevos productos web como una fuente que llegara a desplazar a otras.


El énfasis sin embargo que ellas dieron en el texto es por darle a estos un espacio en el catálogo de fuentes posibles para el análisis desde distintas áreas del conocimiento en un contexto en el que estas fuentes se han estado incorporando en las investigaciones académicas, pero casi sin ninguna reflexión sobre sus características y limitantes.

Firman los participantes, desde México, Le Mans, Buenos Aires y Bogotá, el 24 de noviembre de 2017:


Alejandra Ramos

Caroline Cunill

José Luis Pérez

Jorge Gamboa


Elaboró:

María Camila Jaimes



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